martes, 25 de noviembre de 2014

MENSAJE DE LA SANTISIMA VIRGEN MARIA 18 NOVIEMBRE 2014(1)

MENSAJE URGENTE, URGENTE, URGENTE, DE VUESTRA MADRE MARIA Y MADRE INMACULADA-EN LA ADVOCACION INMACULADA CONCEPCION PARA TODA LA HUMANIDAD

  
18 DE NOVIEMBRE DE 2014
HORA: LA QUE ESTAIS VIVIENDO
MEDELLIN, COLOMBIA

“MENSAJE DE VUESTRA MADRE Y MAESTRA MARIA INMACULADA CONCEPCION – SIGO ADVIRTIENDO, SIGO ADVIRTIENDO, SIGO ADVIRTIENDO DEL PELIGRO INMINENTE QUE PESA SOBRE LA HUMANIDAD”

Oh pequeños hijitos de mi Corazón Maternal, yo, la madre y maestra de todos vosotros y de toda la humanidad, me sigo manifestando por la voluntad de mi Padre Dios Yahvé, que me concedió la gracia de enseñaros a cada uno de vosotros, cual es el camino que debéis continuar hasta este final de los días, y hasta los 3 días de oscuridad, diciéndoles y advirtiéndoles: Por aquí no es, o por aquí si es.  Sigan el camino correcto, sin que se desvíen solos.  Siempre he estado ahí apoyándoles, cuidándoles, acompañándoles, protegiéndoles, enseñándoles; como toda una buena madre que siempre quiere el bienestar para cada uno de sus hijos.

Mirad mis niños amados, como a través de este instrumento anónimo, utilizo palabras tan dulces y sencillas al entendimiento de toda mente humana; grande y pequeña.  Estas palabras con tan claras y entendibles para cualquiera de mis hijos; sea que hayan estudiado hasta ser científicos, o que no hayan estudiado ni el abecedario, pero si se ponen a distinguir las palabras de un mensaje al otro y conservando los mandatos y los mandamientos de la Santa Madre Iglesia, todos confirman que se trata de la salvación de la humanidad;  Y las palabras, unas mas finas, y otras menos sencillas, se parecen a una familia numerosa, donde la mitad habla bien y la otra mitad a media lengua, y que todos son tan amados porque se trata de vuestros hijos.  La diferencia que hay es que a los que no saben expresarse, los critican, los juzgan, los ridiculizan, los ignoran, porque no son de los vuestros y no les pertenecen.  Pero yo, que también soy vuestra madre y maestra, a todos los comprendo, así como lo hace un docente con sus alumnos; a todos los comprende.  Mi gran amor es uno para todos.  Así como mi esposo; el Espíritu Santo, ha derramado su Santo Espíritu sobre toda carne:  “Sucederá en los últimos días, Dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños, y Yo, sobre mis siervos y sobre mis siervas, derramaré mi Espíritu” (Hechos de los apóstoles 2:17-18).

Así veis mis niños amados que no hay diferencia entre vosotros, ya que todos son uno solo para mí y para mi Hijo Amado, y nos bajamos a la posición de cada uno y según el entendimiento de cada uno de vosotros, para con los del cielo.

Oh mis pequeños hijitos, tan amados sois cada uno, que el corazón amantísimo de esta madre no deja ni un segundo de amaros, y mi ansioso corazón se baja a todo momento, para repetirles constantemente del peligro inminente que cae sobre toda la humanidad y no quiero que ninguno se me pierda.  Pero no debéis de temer, ya que nosotros estaremos con cada uno si vosotros si así lo queréis, ya que también de otra forma a nadie se le obliga a ser salvo;  Sois libres, muy libres, pero sin dejar de decirles que hay un castigo para los que no se quisieran arrepentir, y ese castigo tiene un lugar que se llama infierno, donde será el llanto y el crujir de dientes para toda la eternidad y por siempre, para que así me entendáis mejor.

Mirad bien mis niños amados que se los estamos advirtiendo constantemente a través de muchos y miles de profetas e instrumentos por todo el mundo, para que el día cuando les toque los acontecimientos, no digáis que no sabíais nada.  Y vosotros, los incrédulos, que supisteis de lo que iba a suceder y que por miedo o al que dirán de que vosotros estáis locos, no lo dieron a saber a otros inocentes, y ese dolor y sufrimiento de estos inocentes, vosotros incrédulos, los vais a padecer 3 veces mas, por no preparar a sus hermanos de lo que acontecerá en los últimos días.

Orad, orad, orad mi Santo Rosario y arrepentíos de todas vuestras faltas que habéis cometido contra vosotros, contra vuestros hermanos y contra Dios.  Vuelvo y les repito:  Orad, orad, orad, si de pronto os queda algún espacio de vuestro tiempo al mundo y al pecado, para que después no lo tengáis que lamentar.  Se los suplica esta madre María y  maestra de toda la humanidad, y acogeos bajo el amparo de la Santísima Trinidad, recibiendo muchas bendiciones: En el Nombre de Mi Padre +Dios Yahvé, en el Nombre de Mi Hijo Amado +Jesucristo, y en el Nombre de mi Santo Esposo +Espíritu Santo.  Los amo a todos.  Amén. Amén. Amén.

Instrumento anónimo

Medellín, Colombia

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