lunes, 31 de octubre de 2011

MENSAJE DEL SEÑOR JESUS 12 DE SEPTIEMBRE DE 2011

MENSAJE URGENTE, URGENTE, URGENTE
DE + JESUCRISTO  + JESUCRISTO  + JESUCRISTO
REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES
DEL CIELO Y DE LA TIERRA



12 DE SEPTIEMBRE DE 2011
HORA: LA QUE ESTAIS VIVIENDO
MEDELLIN, COLOMBIA
MI SANTA MADRE MARIA
MAESTRA DE LA IGLESIA, QUE SOIS TODOS VOSOTROS
ME DICE QUE NO OCULTE ESTAS PALABRAS
QUE PUEDEN SER DE MUCHA UTILIDAD
PARA TODA LA HUMANIDAD

Que la paz de Mi Padre Dios, que la paz de Mi Santo Espíritu, y  Mi Santa paz, esté con todos vosotros, y el santo manto de mi Santa Madre María, Madre y maestra de la Iglesia, los cubra a todos vosotros.

Pequeños hijitos de mi Corazón Paternal, Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, soy vuestro amado Jesús, que está en estos momentos tocando las puertas de vuestros corazones, a toda la humanidad, estoy en Espíritu y Verdad, he venido a hablaros en compañía de mi Santa Madre.  Hijitos míos, os doy estas palabras que serán unas más de mis últimas palabras, para alentaros, para que no claudiquen, para que no se atemoricen.  No, no y no les de miedo en ningún momento, no dudéis de nosotros, siempre podéis contar con nosotros en todo momento y nosotros podemos daros mucho valor y fortalecerlos en estos últimos días que estáis viviendo sobre la tierra sin purificar.

Pequeños hijitos de mi corazón Paternal, Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, vengo a daros las gracias a cada uno de vosotros a nivel mundial, por convertir este pequeño esfuerzo leyendo nuestros mensajes, en grandes esfuerzos para el servicio de mi Padre Dios Yahvé.

Nosotros, la Santísima Trinidad, + Padre  + Hijo  y + Espíritu Santo, les hemos dado muchas gracias de bendiciones a cada uno de vosotros, los que leen, los que creen, y a los que obedecen y a todas y cada una de vuestras familias, las gracias mas grandes acompañadas con nuestra protección; en estos momentos a todos vosotros no les está pasando nada, y las fuerzas de la naturaleza no han tocado a las puertas de vuestros hogares, ni tan solo a uno de vuestros cabellos.  Mis niños ¿No veis que todavía tenéis empleo, pan y vida? ¿No veis que todavía no estáis desplazados? ¿No veis mis niños que todavía estáis pegados a mi Corazón Paternal?

Y por todo esto les insisto; no debéis estar tan apegados a la tierra, al dinero, a apegos personales, si no los tenéis para mi servicio espiritual y para que viváis dignamente con vuestros hermanos que padecen las miserias del alma y del cuerpo.  A todos los grupos de oración que oráis a diario, ya no debéis alimentar tantos apegos en vuestras enfermedades, en tantos problemas a diario, les estoy enseñando a diario a desapegarse de las cosas del mundo, de las cosas terrenales, y no queréis mis niños.  ¿No veis que ya mi Santa Madre María Inmaculada y Yo Jesucristo, Rey de Reyes y Señor de señores, hemos dejado de dar muchos mensajes en el mundo entero?

Todos estos mensajes están dichos y aclarados muy abiertamente, hay muchos que están escritos en muchos libros de instrumentos a los que ya no nos estamos manifestando.  Pero los tienen muy guardados y empolvados, comiéndoselos la polilla y las cucarachas, ya no le dan importancia a nuestras profecías.

Para muchos que los están leyendo o los escuchan leer y que han sido obedientes cumpliendo nuestros mandatos, no deben de temer a nada ni a nadie, pues les estamos dando los últimos recordatorios, para que no se queden dormidos como el caimán o el tiburón y se los lleve las corrientes de aguas embravecidas, formando borrascas y acabando con todo.

Pequeños hijitos de mi Corazón Paternal, Yo Jesucristo, Hijo del Padre Dios Yahvé, he venido en Espíritu a través de mi instrumento anónimo, a dirigirme a todos vosotros en el mundo entero, a todos los mensajeros y apóstoles míos, a todos los que hablan con un mismo espíritu y luchan con una sola fe y una sola Iglesia Católica, sin quitar ni añadir, sintiéndose hijos de mi Santa Madre María Inmaculada.

Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, estoy en cada uno de sus hogares y familias, en las tres personas distintas de la Santísima Trinidad: + Padre  + Hijo  y + Espíritu Santo, que somos protectores y guardianes de todas nuestras naciones en el mundo entero;  A todos vosotros, familias, a todos los que nos han ofrecido un hogar, un espacio como en la sala o en la alcoba, para levantar un altar en nuestro honor y respeto a nuestros dos corazones; El Mío y el de mi Santa Madre María Inmaculada.  Se cuanto les está costando la obediencia, el esfuerzo, el sacrificio por seguirnos (Epístola a los Colosenses 1: 21-29)  “Y a vosotros, que en otro tiempo erais extraños y enemigos, por vuestros pensamientos y malas obras, os ha reconciliado ahora, por medio de la muerte en su cuerpo de carne, para presentaros santos, inmaculados e irreprensibles delante de El; con tal que permanezcáis sólidamente cimentados en la fe, firmes e inconmovibles en la esperanza del Evangelio que oísteis, que ha sido proclamado a toda criatura bajo el cielo y del que yo, Pablo, he llegado a ser ministro.
Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo lo que falta a las tribulaciones de Cristo en mi carne, a favor de su cuerpo, que es la Iglesia, de la cual he llegado a ser ministro, conforme a la misión que Dios me concedió en orden a vosotros para dar cumplimiento a la palabra de Dios, al misterio escondido desde siglos y generaciones, y manifestado ahora a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer cual es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria, al cual nosotros anunciamos, amonestando e instruyendo a todos los hombres con toda sabiduría, a fin de presentarlos a todos perfectos en Cristo.  Por esto precisamente me afano, luchando con la fuerza de Cristo que actúa poderosamente en mí”.

Es así como tenéis que luchar, pero este esfuerzo es el que vale y me enamora para la santificación de vuestras almas, a cargar mi Santa Cruz a diario, viviendo el alimento de cada día; dadnos hoy nuestro pan de cada día  (1 Epístola a los tesalonicenses 5: 12-21)  “Os pedimos, hermanos, que tengáis en consideración a los que trabajan entre vosotros, os presiden en el Señor y os amonestan.  Tenedles en la mayor estima con amor por su trabajo.  Vivid en paz unos con otros.  Os exhortamos asimismo, hermanos,  a que amonestéis a los que viven desconcertados, animéis a los pusilánimes, sostengáis a los débiles y seáis pacientes con todos.  Mirad que nadie devuelva a otro mal por mal, antes bien, procurad siempre el bien mutuo y el de todos.  Estad siempre alegres.  Orad constantemente.  En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros.  No extingáis el Espíritu; no despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno”.

Pequeños amados de mi Corazón Paternal, Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, también os quiero expresar mis más sinceros sentimientos de tristeza.  Así como vosotros me tenéis confianza contándome todas vuestras penas y angustias que vivís a diario, Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores les expreso mi dolor y mi tristeza por todos los grupos de oración en el mundo entero, como se dejan debilitar por las influencias de mi enemigo satanás, el sabe que donde hay un grupo de oración es para quitarle a el muchas almas, y por esto el hace hasta lo imposible para destruir el grupo a través de los celos, las envidias, las discusiones por mis Santas Palabras y mensajes.  ¿Quién os dijo a vosotros que los he enviado para juzgar y para condenar?  No les toca a vosotros decidir quien se va a salvar, o quien se va a condenar (Epístola a los Filipenses 2: 12-18)  “Así pues, queridos míos, de la misma manera que habéis obedecido siempre, no solo cuando estaba presente sino mucho mas ahora que estoy ausente, trabajad con sumo cuidado por vuestra salvación, pues es Dios quien, por su benevolencia, realiza en vosotros el querer y el obrar.  Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones para que seáis irreprochables y sencillos hijos de Dios, sin tacha en medio de una generación perversa y depravada, en medio de la cual brilláis  como estrellas en el mundo, manteniendo el alto la palabra de la vida.  Así, en el día de Cristo, seréis mi orgullo, ya que no habré corrido ni me habré fatigado en vano.  Y aunque mi sangre se derrame como libación sobre el sacrificio y la ofrenda de vuestra fe, me alegro y congratulo con vosotros.  De igual manera también vosotros alegraos y congratulaos conmigo”

Peleáis como niños malcriados y queréis dividirme a Mi, Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, o queréis dividir a mi Santa Madre María en varias Vírgenes y cada uno nos queréis acomodar a vuestro antojo y a vuestro amaño.  Mis niños les recomiendo mucho la unidad en la humildad (Epístola a los Filipenses 2: 1-11)  “Así pues, si hay una exhortación en nombre de Cristo, un estímulo de amor, una comunión en el Espíritu, una entrañable misericordia, colmad mi alegría, teniendo un mismo sentir, un mismo amor, un mismo ánimo, y buscando todos lo mismo.  Nada hagáis por ambición, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando a los demás como superiores a uno mismo, sin buscar el propio interés sino el de los demás.  Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo:  El cual, siendo de condición divina, no codició el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo, tomando condición de esclavo.  Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su porte como hombre, se rebajó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.  Por eso Dios lo exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre.  Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es el SEÑOR para gloria de Dios Padre”

Mis niños, vosotros decís que me amáis, mas no aman a vuestro prójimo que vive entre vosotros, no queréis aceptar los defectos y los errores que cometen por debilidad (Epístola a los Colosenses  3: 5-10)  “Por tanto, mortificad cuanto en vosotros es terreno: fornicación, impureza, pasiones, malos deseos y la codicia, que es una idolatría, todo lo cual atrae la ira de Dios sobre los rebeldes, y que también vosotros practicasteis en otro tiempo, cuando vivíais de ese modo.  Mas ahora, desechad también vosotros todo esto: cólera, ira, maldad, maledicencia, y obscenidades, lejos de vuestra boca.  No os mintáis unos a otros, pues despojados del hombre viejo con sus obras, os habéis revestido del hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según la imagen de su Creador”

Pero Yo si puedo aceptar los errores y defectos de vosotros; vosotros no podéis hacer como el deudor al que se le perdonó la deuda, y no quiso perdonar la deuda de su prójimo que le debía y lo hizo meter a la cárcel (Epístola a los Colosenses 3: 12-17) “Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros, y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro.  Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros.  Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el broche de la perfección.  Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo cuerpo.  Y sed agradecidos.  La palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza; instruíos y amonestaos con toda sabiduría, cantando a Dios, de corazón y agradecidos, salmos, himnos y cánticos inspirados.  Todo cuanto hagáis, de palabra y de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de El”

Pues Yo Jesucristo, Rey de reyes, y Señor de señores, les digo: El tiempo es serio y no debéis sacar tiempo para discutir nuestros  mensajes, y a todos los que han sido culpables de acabar y desunir mis grupos de oración, en las escuelas de mi Santa Madre María Inmaculada, les digo que debéis pedirme perdón y arrepentirse de este daño tan grande.  Ya no hay reversa, ya nos toca a nosotros actuar, y si alguien busca a un grupo de oración, para que oren por el, es por mi Misericordia Divina, son hijos desagradecidos, van a que les llenen las cestas y ya no vuelven mas, ya que están viviendo en el profundo corazón de la apostasía, que es la pérdida de la fe, y por esto a mis hijos fieles y obedientes, a los pocos grupos de oración que tengo en el mundo entero, les digo que permanezcáis fieles a nuestro servicio en la escuela de Jesús y María, donde nos hemos manifestado.  Los invito a permanecer fieles y obedientes hasta que vuestro amado Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores y mi Santa Madre María Inmaculada, los elijamos para la Nueva Evangelización, después del Gran Aviso.

Por el momento, id y llevad nuestros mensajes de amor, preparación, advertencia, aviso, milagro y castigo, a todos los rincones del mundo entero.  Vosotros no podéis ser evangelizadores mediocres y con miedo.  A ustedes hijos míos, les he dicho muchas veces que debéis ser obedientes a la Iglesia.  Y la Iglesia sois todos vosotros mismos, obedeciéndome a Mí, a Mi Padre Dios Yahvé y a mi Santa Madre María Inmaculada, no les de miedo, llevad bien puesta vuestra coraza de obediencia como fieles servidores míos (Epístola a los Efesios 6: 10-20)  “Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza poderosa.  Revestíos de las armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del diablo.  Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus del mal que están en el aire.  Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día funesto, y manteneros firmes después de haber vencido todo.  Poneos en pie, ceñida vuestra cintura con la verdad y revestidos de la justicia como coraza, calzados los pies con el celo por el Evangelio de la paz, embrazando siempre el escudo de la fe, para que podáis apagar con él todos los encendidos dardos del maligno.  Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos, y también por mí, para que me sea dada la palabra  al abrir mi boca para dar a conocer con valentía el misterio del Evangelio, del cual soy embajador entre cadenas, y pueda hablar de él  valientemente como conviene”

Vosotros sois libres para decidir si le obedecéis al sacerdote que no cree las explicaciones de  nuestros  mensajes que están en las sagradas escrituras, y no los dejan que los divulguen, y que se pierdan muchas almas.  O le obedecéis a la Iglesia que sois todos vosotros, y que Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, Soy el sacerdote y el pastor del rebaño que es mi Iglesia y mi Madre María es la madre de la Iglesia, y así van a conquistar a través de mi Santo Espíritu y la efusión de la llama de amor del corazón adolorido de mi Santa Madre María Inmaculada; les he dicho en mis santas escrituras en Hechos de los Apóstoles:

(1: 6-8) “Ellos, en cambio, habiéndose reunido, le preguntaron: Señor, es en este momento cuando le vas a restablecer el Reino a Israel?  El les contestó: No es cosa vuestra conocer el tiempo y el momento que el Padre ha fijado con su propia autoridad; al contrario, vosotros recibiréis una fuerza, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, y de este modo seréis mis testigos mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra”

(2: 1-12) “Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos con un mismo objetivo.  De repente vino del cielo un ruido como una impetuosa ráfaga de viento, que llenó toda la casa en la que se encontraban.  Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos, se llenaron todos de Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.  Residían en Jerusalén hombres piadosos, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo.  Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.  Estupefactos y admirados decían: ¿Es que no son galileos todos estos que están hablando?  Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa: Partos, medos y elamitas; los que habitamos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia, Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene; los romanos residentes aquí, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios?  Todos estaban estupefactos y perplejos y se decían unos a otros: ¿Qué significa esto?  Otros en cambio, decían riéndose:  ¡Están llenos de mosto!”

(2: 17-21)  “Sucederá en los últimos días, dice Dios:  Derramaré mi Espíritu sobre todo mortal y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños.  Y también sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu.  Haré prodigios arriba en el cielo y signos abajo en la tierra.  El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que llegue el Día grande del Señor.  Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará”

(4: 15-22)  “Les mandaron salir fuera del Sanedrín y deliberaban entre ellos.  Decían:  ¿Qué haremos con estos hombres?  Es evidente para todos los habitantes de Jerusalén que ellos han realizado un signo manifiesto y no podemos negarlo.  Pero a fin de que esto no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen ya más a nadie en este nombre.  Les llamaron y les mandaron que de ninguna manera hablasen o enseñasen en el nombre de Jesús.  Más Pedro y Juan les respondieron: -Juzgad si es justo delante de Dios obedeceros a vosotros mas que a Dios.  No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído-.  Ellos, después de haberlos amenazado de nuevo, los soltaron, no hallando manera de castigarles, a causa del pueblo, porque todos glorificaban a Dios por lo que había ocurrido, pues el hombre en quien se había realizado este signo de curación tenía mas de cuarenta años”

(10: 34-43)  “Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: -Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en cualquier nación el que le teme y practica la justicia le es grato.  El ha enviado su palabra a los hijos de Israel, anunciándoles la Buena Nueva de la paz por medio de Jesucristo que es el Señor de todos.  Vosotros sabéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después que  Juan predicó el bautismo, cómo Dios a Jesús de Nazaret le ungió con el Espíritu Santo y con poder, y cómo él pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él, y nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la región de los judíos y en Jerusalén; a quien llegaron a matar colgándole de un madero; a éste, Dios le resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había escogido de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él, después que resucitó de entre los muertos.  Y nos mandó que predicásemos al Pueblo, y que diésemos testimonio de que el está constituido por Dios juez de vivos y muertos.  Es esto todos los profetas dan testimonio:  que todo el que cree en él alcanza, por su nombre, el perdón de los pecados-”

Pequeños hijitos de mi Corazón Paternal, Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, les recuerdo nuevamente, por petición de mi Santa Madre María Inmaculada, este mensaje a los grupos de oración; a los mensajeros y profetas de estos últimos días.  Mis pequeños corazoncitos, esto es para enseñarles a no pelear y a callar a tiempo, antes de decir una palabra que los lleva a discusiones, esto es una virtud muy grande.  Pero pueden dialogar, y no callar cuando estén frente a un ataque de mi enemigo, no deben de guardar silencio, pero si reservar una palabra a tiempo, una discusión, cada uno de vosotros debéis defender la verdad y por ella debéis morir por amor y caridad.

El tiempo se acerca rápidamente y hay inminencia de desastres por todas partes.  Las borrascas que están llegando y van a llegar, no serán en absoluto controlables por el hombre.  Dichosos los que creen en Mí Divina Misericordia y se hacen un instrumento de amor en mis manos, para llevar el único auxilio que hay en el mundo: Mi palabra de verdad.

Pequeños niños, Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, les recuerdo y les advierto; no saquen a los niños, ni a los ancianos, ellos no podrán resistir los grandes fríos y los grandes calores.  Evitad que salgan mientras duren los fríos, los polos se están calentando, derritiendo y arrasando masas de hielo hacia las zonas mas calientes.  El cambio se hace en todo poco a poco, pero para el ser humano es impresionante este cambio universal.  Se va a escalonar en varios períodos y las alternancias serán bruscas, pasando del frío polar al calor tropical.  Muchos dirán: -esto siempre ha estado pasando-.  Formen una barrera espiritual de oraciones, con el Santo Rosario a mi Santa Madre María Inmaculada, para atar las insidias de satanás.  Mis niños, si están conmigo, no podéis tener miedo a nada ni a nadie, a todos los amo, especialmente el que mira con fe, aunque esté ciego de los ojos.

Mis niños, mis pequeños corazoncitos, están viviendo días de crueldad entre los hermanos.  Guerras muy duras, incomprensibles y vistas a los ojos de los hombres, mis niños: Quien espera en mi Padre Dios Yahvé, no desmaya.  Quien confía en mi Padre Dios Yahvé, siempre triunfa.  Quien habla con Dios, no puede ser motivo de escándalo y reproche.  Ajusten sus vidas según mi mensaje.

Quien de vosotros se haga dueño de la verdad, que comience a practicarla.  Esta es la verdad:  Pronto vendré a ustedes ¿Quién me demostrará que la guarda?, y ¿Cuáles con sus virtudes?  Quien me pida pruebas de que Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores estoy en medio de vosotros, recibirán pruebas; muchos dolores y muchas angustias.

Dichosos los que acepten mis palabras sin medir los límites.  Sigan firmes, estoy con ustedes.  Los amo y los bendigo a todas las razas y credos.  Los bendigo en Nombre de la Santísima Trinidad  + Padre  + Hijo  + Espíritu Santo.  En nombre de Jesucristo, Jesucristo, Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores.  Bendiciones de mi Santa Madre María Inmaculada.

Instrumento anónimo.
Medellín, Colombia

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