viernes, 23 de diciembre de 2011

MENSAJE DEL SEÑOR JESUS 11 DE DICIEMBRE DE 2011

MENSAJE URGENTE, URGENTE, URGENTE
DE + JESUCRISTO  + JESUCRISTO  + JESUCRISTO
REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES,
DEL CIELO, DE LA TIERRA
Y DE TODA LA HUMANIDAD


11 DE DICIEMBRE DE 2011
HORA: LA QUE ESTAIS VIVIENDO
MEDELLIN, COLOMBIA
PEQUEÑOS NIÑOS DE MI CORAZON PATERNAL
MI SANTA MADRE MARIA, MADRE DE LA IGLESIA,
ME DICE QUE LE INSISTA AL CLERO EN EL MUNDO ENTERO

Pequeños niños de mi Corazón Paternal, mi Santa Madre María, Madre de la Iglesia, que sois todos vosotros, me sigue pidiendo que les esté recordando al máximo, lo mas que pueda, del final.  Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, les hago un llamado urgente, urgente, urgente, y exhorto a todo el clero y hasta al Santo Padre Benedicto XVI, a atender este llamado urgente; se los está pidiendo nada más y nada menos que el Rey de reyes, el que lleva escrito en el manto y en el muslo Su Santo Nombre.

Mis pequeños sacerdotes, Yo Jesucristo, Rey de reyes y vuestro pastor, les digo a gritos desgarradores, llenos de tristeza y de dolor por la actitud que tenéis con mis hijos los profetas verdaderos:  A Mí me parece que no actuáis como sacerdotes míos y católicos.  Se aprenden mis Santas escrituras de memoria y las predicáis como los otros hijos que abandonaron mi Iglesia Católica, habláis como ellos; falsos profetas, sin discernir mis Santas Palabras: Palabra por palabra, y sílaba por sílaba.

¿O es que acaso habéis aprendido lo de mi hijo Pablo (Saulo)? ¿Porque perseguís a mis verdaderos profetas, a los que aman a mi Santa Madre María y Madre de cada uno de vosotros?  ¿No veis mis niños que por ella vosotros habéis alcanzado el grado para ejercer el sacerdocio?  ¿Porqué decís que amáis a María, mi Santísima Madre, sino creéis en ella?

¿Porqué persiguen, porque persiguen, porque persiguen a los míos, a mis verdaderos profetas, porque son tan duros de corazón, para no dejar extender mis mensajes de amor, preparación y de conversión?

¡Ah!, pero si podéis dejar que los falsos profetas anden, como dicen ustedes: “Que anden como Pedro por su casa”.  ¿Y porque no se enfrentan a ellos personal y públicamente? ¿O es que acaso no les di las armas suficientes a ustedes para enfrentarlos a ellos, con las leyes, mandamientos y sacramentos? ¿Es que no habéis  aprendido las citas bíblicas para enseñarles a conocer a mi Santa Madre María y Madre de vosotros? ¿O es que tenéis miedo a enfrentarlos a ellos?

¡Ah!, pero si estáis listos para buscar y perseguir a mis verdaderos profetas, que son de los mismos vuestros, católicos, y los tratáis de “sectas aparte” y “divisores de mi Iglesia que sois vosotros”, pues Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, les digo, o mejor les pregunto:  ¿Dónde queda la Iglesia, o donde  está, que no aprueba que se divulguen nuestros mensajes de amor y de advertencia?

Algunos de vosotros os reís, os burláis de ellos y les decís públicamente: ¿Quién ha visto a Dios, si a Dios nadie lo ve?  No veis mis niños que si alguien tuviera la valentía, se levantaría del puesto, levantaría la mano derecha y con un gran grito diría:  Yo, yo, yo lo he visto todos los días y en este momento lo estoy viendo en la Sagrada Hostia, El me mira y yo Lo miro, señalaría hacia mí diciendo: mírenlo, mírenlo, mírenlo, mientras que ustedes, el clero, muchos no creen en mi Santa Transubstanciación y no creen, o no lo hacen con el debido respeto que me merezco.

¡Oh! mis niños, el clero, de antemano les digo que de esto que les digo, se van a burlar y a reír del instrumento anónimo que he tomado, lo tratarán de loco o loca.  A vosotros les di la gracia de mi Santa Madre María, para discernir lo bueno y lo malo que pasa en ellos, les podéis ayudar, les podéis enseñar a ser unos grandes profetas dentro de la Iglesia Católica, pero en vez de eso, los regañáis, los despreciáis y os gozáis hablando mal de ellos en las Homilías.  Les doy trabajadores para la mies que es mucha, y vosotros me los alejáis, y hasta os enojáis con ellos.

Pues Yo Jesucristo, Rey de reyes, Soy el testigo fiel.  Soy el primogénito de entre los muertos.  Soy el Príncipe de los reyes de la tierra.  Soy el Rey del Santo Padre y del clero entero.  Soy el Rey de todos los poderosos.  Soy el Rey que vive en el trono y vive por los siglos de los siglos.  Soy el Rey de las naciones.  Y seré el Rey de la Nueva Jerusalén aquí en la tierra.  Soy el Rey de todo el universo y como Soy el Gran Rey Jesucristo, Hijo del Padre y Pastor de todos vosotros, debéis obedecerme, así como vosotros tenéis unas leyes y unas órdenes que cumplir al superior, porque sino los destituyen y les quitan el cargo de sacerdote y les quitan las parroquias.

Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, respeto las órdenes que los superiores les dan y que deben obedecer, pero hay algo muy grave que no puedo pasar desapercibido y es la pérdida de muchas almas por vuestras negligencias o celos, una cosa es obedecerme a Mí y otra es obedecer al hombre.

¡Oh! mis niños, se que a muchos no les gusta que los llamemos niños.   ¡Oh! pequeños corazones, es así como nos enamora llamarlos, con estas palabras tan dulces y tan claras.  Mis niños – el clero – es urgente que leáis varias veces hasta que se lo aprendan de memoria y con buen discernimiento y sabiduría el buen orden en las asambleas:
Primera Epístola a los Corintios 12: 1-11-31, también leed Primera Corintios 13: 1-13, Primera Corintios 14: 1-40.  Es el testimonio del cual cada uno de vosotros debéis dar.  No juzguéis y no seréis juzgados y también debéis leer, si os queda un poco de tiempo:
Epístola a los Gálatas 6: 1-10
Epístola a los Efesios 4: 1-16

Pequeños hijos de mi Corazón de Padre y Pastor, Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, los exhorto urgentemente a que hagáis un “alto”, no entorpezcáis mi obra de conversión y de salvación que estoy haciendo en unidad con mi Santa Madre María, Madre de la Iglesia que sois todos vosotros.  Mis pequeños niños, el clero, que vuestro corazón no se endurezca por las insidias de mi adversario, no se dejen tomar vuestras mentes por estos espíritus malignos para impedir que anunciéis la verdad y nada más que la verdad a mis hijos, de lo que está sucediendo y les va a suceder.

Pedid la llama de amor de luz de mi Santa madre María, Madre de la Iglesia que sois vosotros, para que ilumine sus mentes y sus corazones, para explicar clara y entendiblemente la verdad y nada más que la verdad.  Y para que cada Homilía no la dejen desviar por otros temas diferentes que no vienen al caso.  Decidle a mis niños que no teman, que no les de miedo, que es necesario que todo deba pasar para vuestra purificación de acrisolamiento, ya que a la Nueva Jerusalén nada entra impuro.

¡Oh! mis pequeños niños, hacedle llegar por estos medios de comunicación, estos mensajes urgentes a mi pequeño Benedicto XVI, me urge y exhorto a la cabeza de la Iglesia que es la máxima autoridad en la tierra y que en obediencia a Mí, Jesucristo, Sumo y eterno Sacerdote, Hijo de mi Padre Dios Yahvé y de mi Santa madre María, Madre de la Iglesia, que de una orden al clero en el mundo entero, y que aprueben nuestros mensajes de amor y de advertencia, antes de que sea demasiado tarde y no lo tengan que lamentar, y que nuestros mensajes del cielo siempre estén acompañados con las leyes y mandamientos que son 10 y los sacramentos que son 7: Bautismo, confirmación, penitencia, comunión conmigo, unción, orden y matrimonio.  Y si alguien está diciendo lo contrario a estas leyes y mandamientos, éstos no son míos, están equivocados, pero también los amo inmensamente y también hay perdón para ellos.

¡Oh! pequeños de mi Corazón Paternal, Yo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, los exhorto a todos, el clero a nivel mundial y las cadenas de oración, ya no esperéis a que sigan sucediendo los desastres.  Orad y rezad el Santo Rosario a mi Santa madre María, y si lo podéis hacer por las calles en grandes o pequeños grupos, lo podéis hacer con la firma de mi aprobación y la compañía de mi Mamá María y de los santos y ángeles del cielo.  No esperéis a ver si se dan mas desastres naturales para hacerlo, no.  Los desastres se siguen con mas ligereza, uno tras otro, sean los mismos o distintos.  Oren. Oren. Oren.  Arrepiéntanse, arrepiéntanse, arrepiéntanse de todo corazón.  Los amo a todos, sin distinción de credo y razas.
+  Bendiciones  + Bendiciones  + Bendiciones  de Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores.  Amén.  Amén.  Amén.

Instrumento anónimo.
Medellín, Colombia

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