miércoles, 14 de marzo de 2012

MENSAJE DE LA SANTISIMA VIRGEN MARIA 7 DE MARZO DE 2012

MENSAJE URGENTE, URGENTE, URGENTE
DE LA SANTISIMA VIRGEN MARIA,
LA HIJA PREDILECTA DE PADRE DIOS YAHVE,
Y LA MADRE DEL HIJO JESUCRISTO,
REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES

7 DE MARZO DE 2012
HORA: LA QUE ESTAIS VIVIENDO
MEDELLIN, COLOMBIA
¡OH! PEQUEÑOS NIÑOS DE MI CORAZON MATERNAL,
YO, VUESTRA MADRE MARIA Y MADRE DE LA IGLESIA,
LES SIGO INSISTIENDO SOBRE LA CONVERSION

¡Oh! pequeños hijitos de mi corazón maternal, yo, vuestra Madre María y Madre de la Iglesia que sois cada uno de vosotros, me dirijo nuevamente a toda la humanidad, y hasta donde quiera mi Padre Dios Yahvé que lleguen estos mensajes urgentes de conversión, preparación y advertencia, para estar preparados; debidamente preparados, al encuentro de la iluminación de las conciencias de cada uno, y al encuentro con las máximas autoridades divinas del cielo, los dos justos jueces que van a juzgar a cada uno, de acuerdo al tamaño de sus pecados y delitos.

¡Oh! niños de mi corazón maternal, yo, vuestra santísima Madre, también vuelvo a respaldar las divinas palabras de mi Padre Dios Yahvé y de mi Hijo Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, a través de este instrumento anónimo.  Es muy urgente, urgente, urgente, que durante esta Semana Santa 2012, a los que durante muchos años no se han bañado en las piscinas de la gracia, lo hagan confesando todos sus pecados al sacerdote; pidan a Dios y a mi Hijo Jesucristo, la gracia del dolor y del arrepentimiento de corazón.  Y a los que lo han estado haciendo, estad renovando vuestro estado de conciencia constantemente, para que durante el aviso no los encuentre dormidos, sin estar preparados.

Mirad dulces hijitos de mi dulce y adolorido corazón, como se desbordan constantemente todos los desastres naturales anunciados uno tras otro.  No se queden dormidos esperando como estos desastres van tocando a vuestros hermanos, y vosotros no hacéis nada para remediarlos, y seguís tan tranquilos como si nada hubiera pasado, y seguís navegando y revolcándose en vuestro lodo de pecado.

Hijitos míos tienen que dar gracias a mi Padre Dios Yahvé, por vosotros mismos ya que no les ha tocado todavía los desastres naturales, con las caídas del techo sobre vuestras cabezas, inundándolo todo.  ¿Pero que pasa hijitos míos?, es que todavía no ha llegado a vuestra familia, pero debéis estar ya preparados para cuando les toque la puerta de vuestro corazón y la venida de mi Hijo Jesucristo, no los coja de sorpresa, como el ladrón que nunca avisa cuando va a hacer el robo.

¡Oh! mis pequeños niños, mis pequeños corazoncitos, haced caso, haced lo que El les diga que hagan, no seáis sordos a sus llamados de advertencia.  Mirad como esta madre con lágrimas de dolor y de sangre, suplicante, se los estoy pidiendo:  Arrepentíos, arrepentíos, arrepentíos de todo corazón y no escondáis debajo de vuestras camas todo engendro malo de vuestra vida de pecado, y no aparentéis ser lo que no sois, ya que mi Padre Dios Yahvé y mi Hijo Jesucristo, conocen todo lo secreto, desde lo mas profundo de vuestro corazón.  No finjáis, ni aparentéis, lo que no es como una manzana, que por fuera está puramente buena, y por dentro está carcomida del comején del odio, de ira, de soberbia, lujuria, orgullo, muerte, robo, adulterio, fornicación, homosexualismo, lesbianismo, aborto, secuestro, injusticia, desamor, falta de fe y toda clase de inmoralidades y de vicios.

Pues les digo hijitos de mi corazón maternal: Liberaos ya de estos vicios, vomitad desde lo mas profundo de vuestro corazón y de vuestro vientre o entrañas, todo apego a estos vicios demoníacos, salidos des las profundidades del infierno; desinfestaos ya, no dejéis para mañana, hacedlo hoy mismo, mirad como estamos proclamando por los 5 continentes como está la humanidad.  Cambiad, cambiad, cambiad.  Arrodillaos a implorar la misericordia divina, que les perdone todas sus faltas de pecado, que mi Hijo Jesucristo está atento a escuchar a través del sacerdote.  No les de miedo decir y confesar, no retengan, no oculten, no les de miedo arrepentirse, que el miedo yo no lo conozco, ni es de mi Padre Dios Yahvé, ni de mi Hijo Jesucristo, el Rey de reyes, solamente es de mi enemigo satanás, para que les de pena y miedo confesar vuestros pecados y culpas.

Animo, ánimo, ánimo hijitos míos, que vuestra Madre María está siempre hasta el final.  Los estaré ayudando hasta que ustedes así lo dispongan y se decidan.

Los amo a todos sin distinción de razas ni de credos, buscamos es la conversión de todos, y los bendigo: En el Nombre de mi  +  Padre Dios Yahvé,  en el Nombre de + Mi Hijo Jesucristo, y en el Nombre de mi santo esposo; +  Espíritu Santo.  Amén. Amén. Amén.

Instrumento anónimo
Medellín, Colombia

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