MENSAJE URGENTE, URGENTE, URGENTE
DE LA SANTISIMA VIRGEN
MARIA,
Y MADRE DE LA IGLESIA ,
QUE SOIS TODOS VOSOTROS
9 DE JUNIO DE 2012
MEDELLIN, COLOMBIA
Pequeños
niños de mi Corazón Maternal, yo soy la mujer vestida de sol, con la luna bajo
mis pues y una corona de doce estrellas y estoy con dolores de parto. Soy la madre de mi Hijo Jesucristo, Rey de
reyes y Señor de señores. He venido a
dirigirme a toda la humanidad, así como lo he venido haciendo a través de
muchos instrumentos en el mundo entero, con el mismo amor, con una sola fe
Católica.
Oh
mis niños, yo vuestra Madre María y Madre de la Iglesia que sois cada uno
de vosotros; son mis constantes desvelos por cada uno de ustedes,
insistiéndoles sobre el peligro que cae y va a caer en sus hogares y en sus
familias, en nuestro afán de protegerlos a cada uno, pero muchos de ustedes se
rebelan a escucharnos, quieren mejor seguir el camino de la perdición, quieren
mejor el servicio a satanás, que seguir a mi Hijo amado. No quieren ser dóciles a nuestros ruegos.
¿No
veis niños de mi Corazón Maternal, como se están desbordando los desastres
naturales? ¿Cómo se están cumpliendo las
profecías? ¿No veis mis niños como los
climas fríos y cálidos, ya no son fríos ni son cálidos? ¿Y como los climas calientes se han extendido
a los climas fríos y cálidos? Ya no
sabéis para donde pegar o huir. Ya
debéis estar en alerta naranja, ya que la roja en cualquier momento manifiesta
la zozobra espiritual y material en toda la humanidad.
Ay
mis niños, les he advertido que todo sube de precios, ya vuestro salario
mensual o quincenal no alcanza para su canasta familiar, si pagáis lo uno no
podéis pagar lo otro.
Ay
niños de mi Corazón Maternal, yo vuestra Madre María lloro en muchos lugares
del mundo entero, por tantos hijitos que no tienen empleo, y que por
desplazamiento de una u otra manera, están aguantando hambre y sed. Ya la tierra está árida y no produce los
alimentos, la tierra no da retoños y la raíz se seca. Ay mis dulces niños, ¡que dolor! Y mi dolor
se une al de ustedes. Todo esto no es un
castigo de mi Padre Dios Yahvé y de mi Hijo Jesucristo. Todo esto es culpa de vuestros pecados, que
permitieron que las ruinas de las calamidades se volcaran sobre vosotros, y
tendrán que pagar justos por pecadores.
No se desanimen en medio de esta pequeña tribulación, ya que se acerca
la tribulación entera, y no habrá marcha atrás.
Alegraos que todo esto está sucediendo para vuestra purificación,
aceptadla con amor, paciencia y fortaleza, yo, vuestra Madre María y mi Hijo
Jesucristo, estaremos con ustedes si se acogen a nuestro servicio de
ayuda. Los bendigo en el Nombre de Mi
Padre + Dios Yahvé, en el Nombre de mi Hijo + Jesucristo, y en el Nombre de Mi
+ Santo Espíritu. Y los protejo con mi
santo manto. Amén. Amén. Amén.
Instrumento
anónimo
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